viernes, 24 de noviembre de 2006

ECUMENISMO EN BUENOS AIRES

Estudiantes y docentes, al pie del Cabildo, con miras al Bicentenario
Foto: Marcelo Omar Gómez

Compromiso ante el Bicentenario La ciudad sancionó una ley redactada por chicos

Alumnos de distintos credos consensuaron el proyecto

La Legislatura porteña declaró anoche a Buenos Aires Ciudad Educativa. Al hacerlo, por unanimidad, convirtió en ley una idea formulada por chicos de colegios públicos de gestión estatal y de gestión privada de varios credos: católicos, evangélicos, judíos, musulmanes, armenios y ortodoxos.

Fueron ellos los que dieron forma al proyecto, en un proceso que les llevó varios meses de trabajo.

Dialogaron, se conocieron y coincidieron en plantear a la sociedad objetivos positivos con vistas al Bicentenario de la patria.

"Partimos de que todos somos ciudadanos, todos tenemos la bandera argentina", dijo ayer, en un diálogo con LA NACION, en el Arzobispado de Buenos Aires, Mercedes Castro Evans, de 17 años, alumna de la Escuela Evangélica Cristiana. Y agregó: "Tenemos que respetarnos y ver los valores que nos unen como personas".

¿Qué querían decir los chicos cuando proponían a Buenos Aires como ciudad educativa? Definirla como "un ámbito en el cual la comunidad se compromete, por el diálogo y el consenso, a consolidar una estructura de valores sostenidos en el reconocimiento de la identidad, el respeto a la diversidad de culturas, origen y creencias, y la solidaridad en pos del bien común".

Y no quisieron limitar esos valores a la escuela sino buscar que la ciudad entera sea un espacio educativo para todos.

Esa idea comenzó a gestarse en encuentros en la AMIA y en la sede del Arzobispado de Buenos Aires. Y el 27 de abril último, cuando el cardenal Jorge Bergoglio celebró en la Catedral la misa por la educación, delegados de chicos de muchos colegios acordaron la propuesta Ley 1/2010 Buenos Aires Ciudad Educativa, que entregaron ese día al jefe de gobierno, Jorge Telerman, en la Plaza de Mayo. Pero luego siguieron trabajando y ajustando detalles ante la perspectiva de que la ley se aprobara este mismo año.

Entre los primeros intervinientes estaban Florencia Armentano, del colegio Hijas de Jesús, y Manuel Moreno y Matías Borda, del San Miguel (ambos católicos). Con la nombrada Castro Evans, evangélica, estaba Leandro Belmudes. Dalila Rubinstein, de la escuela Natan Gesang, judía, como la ORT, representada por Daniel Wizenberg, compartieron diálogos con Zacarías Abuchanab, Farid Saleh y Karim Amores, del Colegio Argentino Arabe Omar Bin Al Jattab. Lo mismo hicieron Ariel Castillo y Guillermo Brites de una escuela pública que memora al padre Carlos Mugica con Daniela Anseri y Anahí Martínez, de la Escuela Ortodoxa Griega.

Pero fueron muchos más los chicos que hicieron sus aportes a lo largo del proceso. "Hay que acortar las distancias, respetar la diversidad cultural, ya que somos todos argentinos", comentó ayer Denise Slucki, de la escuela Natan Gesang, que ama el teatro y el miércoles próximo cumplirá 17 años. "Sí, la gente tiene que volver a escuchar hablar de igualdad y de respeto hacia el otro. Que no sea sólo un eslogan", apuntó su compañera Denise Sznycer.

Promover valores morales

"La ley es un buen primer paso: es promover valores morales", apuntó Wizenberg, de la ORT. Todos coincidieron en que no querían que ningún sector hiciera un uso político de lo que proponían.

Farid Saleh, hijo del presidente del Centro Islámico, un chico de once años al que le gusta el fútbol, apuntó: "Que la ley no se archive en el olvido". Su amigo Karim, de la misma edad, que ve poca televisión y a quien le gusta la cumbia, asintió. Todos hablan de convivir en paz. Leandro Belmudes, evangélico, de 17 años, va a cursar relaciones internacionales en la Universidad Católica Argentina (UCA) y hace dos años empezó a estudiar chino; ya domina bastantes ideogramas, pero, confiesa, le falta para poder leer un diario en ese idioma.

Los chicos hablaron. Contentos de escucharlos, los acompañaron los docentes José María del Corral, del Arzobispado; Oscar Frulla, coordinador del proyecto y rector del Colegio San Miguel; Batia D. de Nemirovsky y Leticia Barán, del Consejo Central de Educación Israelita, de la AMIA; Doris Ziger, rectora de Natan Gesang; Emir Jarnub, del Centro Islámico, y Sandra Reched, del Colegio Argentino Arabe.

Por Jorge Rouillon
De la Redacción de LA NACION